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El abuelo interior
En una familia, el abuelo es un integrante de un enorme valor por la ayuda
que puede brindar al buen funcionamiento del núcleo familiar, pero sobre
todo por sus fuertes vínculos con sus nietos.
Por Carla Duratti
Que existan más abuelos es un privilegio de la existencia actual: los
avances en la medicina hacen que se encuentren con una mejor calidad de
vida, física y mental. Los expertos concuerdan que existe un momento óptimo
para ser abuelos. Es bueno tener presente que el concepto de abuelo y viejo
no son sinónimos, por lo tanto, quien sienta en su psiquis la necesidad de
ser abuelo, no debe considerarse por ello anciano.
Muchos años antes, estas mismas personas en los finales de los veintitantos
o a comienzos de la treintena, experimentaron un sentimiento maternal o
paternal, una necesidad de concebir un hijo, lo que los hizo vulnerables a
un montón de gestos y acciones inconscientes: como besar o alzar a un bebé
ajeno, jugar con los pequeños en cualquier lugar, a la vez que los chicos
preferían su compañía en una mutua comunicación que les proporcionó gran
felicidad. Entonces sintieron el deseo de crear vida.
Al pasar los años y llegar esos hijos en su adultez a la edad reproductiva,
retorna un deseo semejante, esta vez, se revela en cada uno, el abuelo o la
abuela que lleva dentro.
Dicen los especialistas que la autoestima del adulto mayor se afirma cuando
los miembros de las generaciones jóvenes reconocen la importancia del abuelo
o bisabuelo. La familia puede ofrecerles un ámbito que de significado a sus
existencias, al asumir su papel en la transmisión de normas, costumbres y
valores familiares. De esa manera, ellos sentirán que en el futuro habrá
seres que llevarán no sólo sus datos genéticos o su apellido, sino que
prolongaran sus sueños y esperanzas en el porvenir.
Muchas personas ya mayores no tuvieron el privilegio de conocer y disfrutar
a sus abuelos, porque en el pasado las expectativas de vida eran menores. Y
si llegaban a conocerlos, se trataba de ancianos de avanzada edad con una
mala salud física y mental.
Hoy en día, en las naciones desarrolladas y en proceso de desarrollo, se
calcula que la mayoría de los niños tiene algún abuelo vivo, por ejemplo,
una estadística realizada en los Estados Unidos dice que los pequeños que
poseen abuelos alcanzan el 90% y hasta el 75% de los jóvenes de veinte años.
Esto posibilita la relación cuantitativa entre abuelos y nietos, beneficiada
por la calidad de vida que poseen hoy en día los adultos mayores. También es
cierto que existen factores negativos para el buen desarrollo de ese
vínculo, como el incremento de la movilidad geográfica, que hace que muchos
abuelos quizás tengan a sus nietos viviendo en otros países junto a sus
hijos, lo que imposibilita la comunicación más fértil entre ambos; otra
contra es la reducida fecundidad actual, que ofrece un creciente número de
abuelos posibles, sin nietos. Sin embargo, el sentimiento de ser abuelos
atraviesa sus psiquis, y niños ajenos buscan su compañía....
Cambios culturales
Los abuelos modernos son más amplios en sus actividades, y los hombres no se
frenan a la hora de prepararles algo de comer a sus nietos, lavar sus ropas
o colaborar en su aseo personal a la par de la abuela. Es que la vida
moderna lleva a las personas, antes obligadas por circunstancias sociales a
ser más convencionales, a un rol de abuelos sin machismo.
Los vínculos entre los abuelos y nietos pueden ser constructivos y
gratificantes para ambos. El abuelo y la abuela son la memoria de la familia
y a través de ellos llegan a las nuevas generaciones sus historias vividas,
agregándolas que oyeron de sus padres. A través de sus narraciones
transmiten muchas cosas del pasado que a veces los libros convencionales no
llegan a poder comunicar.
Una relación muy especial
Hay dos cosas que están a favor de los abuelos: el tiempo que no poseen los
padres de sus nietos para dedicarse por entero a su hijo y que se encuentran
libres de la obligación paternal. El padre tiene poder y obligación con el
niño, el abuelo, libre de esas ataduras, es mas flexible.
En la relación entre abuelos y nietos hay una reversión de roles: cuando el
niño es pequeño recibe ayuda, protección y regalos del abuelo o la abuela
relativamente joven, al entrar el nieto en la edad adulta y disminuir las
posibilidades y habilidades de aquellos, el nieto, o la nieta, ahora joven,
se responsabiliza en su papel de adulto competente y ayuda en el cuidado de
su familiar a quien tanto ama.
Es verdad que hay abuelos odiosos pero también hay padres y madres que no
merecen tal nombre. Las personas son buenas o malas antes y después de
envejecer. Una relación de abuelo y nieto feliz es posible, siempre que el
vínculo se desarrolle con las mayores cualidades.
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Fuente: NOTIFÉ. Magazine Médico: Año 4- Nro. 40-
Noviembre 2003.
http://www.maimonides.edu/gerontologia/archives/000819.html
Publicado por Mayores en Movimiento. http://ar.groups.yahoo.com/group/mayoresenmovimiento/ |
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